lunes, 4 de mayo de 2009

Genesis. 51



1.1

Un viaje desde un lugar a otro en colectivo es algo normal, rutinario, cotidiano. Resignadamente, ya era parte de mi, los asientos eran mi cuerpo tenían mis muescas. Conocía los grafittis y pintadas como tatuajes en la piel. Aunque también era un sitio propicio para reflexionar, alguna vez me he sentido un peripatético de colectivo. Cuando iba en viaje mi mente, como un motor, carburaba, cuando el chofer (o el colectivo) se detenía me bloqueaba maquinalmente.
Bueno ese viaje, el del jueves gris, cambio un poco, yo no lo hubiera sospechado en ese momento (aunque tampoco hubiera escrito esta historia) y menos cuando Pablo se acerco o yo a el, no lo recuerdo, y me dijo que me había visto en la misma línea, durmiendo en el fondo y lejos de mi casa (pero volviendo), el día anterior. Yo pregunte, el dijo si a las ocho, yo pregunte, el dijo si eras vos, estoy seguro agrego.
Lo negué suavemente, a esas horas dormía, solía despertarme a las nueve para empezar el hastió diario.

Pasaron las semanas, colgadas, de mas, o sea iguales a las demás y el cumpleaños de una tía fue la primera señal. Estaba y estábamos conversando en sobre mesa después de la torta y el brindis, cuando un primo empezó a reírse y a recordarme lo mal que me había visto la semana pasada; dentro de ese bar de mala muerte que el solía frecuentar.
Yo sonreí primero y luego caí en que no, en que hacia mucho tiempo que no salía de mi casa atareado por mil cosas. Yo pregunte, el dijo si el sábado pasado, yo pregunte, el dijo si eras vos, tu clásico estado añadió y susurro algo a mi oído.
Debo admitir que me preocupe. El me conocía no podía mentir, pero no era yo evidentemente no era yo, intelectual conclusión. Los días deshojaron, me invadieron las preguntas y mi paranoia dedujo, sonambulismo, locura, doble vida entre otras supersticiones. Pero afortunadamente la objetiva razón aconsejo esperar un poco, no enloquecer tan tempranamente, aunque sabía mejor que nadie que el miedo asechaba.
Porque era miedo, esa es la palabra que define todo precisamente, miedo a lo inabarcable por mi mente rígida y el escepticismo. Controle el tiempo de vida que paso hasta la segunda señal con total obsesión. Hice inspecciones físicas y psíquicas a mi persona con la seriedad de un estudioso. Pero nada, nada fuera de lo normal todo dentro de lo legal, excesivamente corriente hasta tocar el aburrimiento.

1.2

Decidí distraerme. Aun sabiendo que caería en la ruina, opte por pagar cara mi indecisión y enfile para la huella. La noche era para mi catarsis cerebral, las ideas resbalaban de mi cabeza y giraba por un pub infestado de gente demasiado humana, con todo lo que esa pertenencia implica. Sentado en la barra a mi lado había alguien, alguien que me miraba esperando una respuesta. Lo vi y lo reconocí, un amigo de lo viejo, de lo anterior y lo bueno, de la vida que uno hubiera querido vivir, por ende de la mentira. Soltó una carcajada despreocupada, me hablo de banalidades y yo me sentía feliz, me creía ciertamente distraído. Por desgracia estaba equivocado, y de que manera. De un momento a otro mi compañero tomo un impulso vil como sabiendo que lo que diría me afectaría y me escupió en la cara el haberlo asustado unos días atrás a causa de mi estado de SHOCK y temible confusión mental. Dijo que yo decía que alguien me había dicho, que me había visto muerto. Me palmeo el hombro y me perdono. Yo pregunte, el dijo nunca te vi así (exagerando), yo pregunte, el dijo si quizás era eso. Hace cuanto que yo no…cumplo ese ritual se lamento.
Si si, afirmativamente. Desespere. Segunda señal. Me levante de la bendita barra casi volcando mi vaso de plástico con alcohol y algo, lo mire con los ojos enfuriados temblando la boca y el índice inquisidor en el aire lo señalo como increpándolo. Grite que no era yo que yo no era, di media vuelta y partí, el se quedo con la mejor parte. A todo esto nadie se entero de esto, en ese pub lleno de eso.
Ya no podía evadir la realidad, aunque todo fuese una fantasía en ese momento eso me ocurría, esa era la realidad torturadora.
Lo acepte, simplemente lo acepte y pareció dispersarse. Semanas, meses sin otro episodio. Aunque semanas y meses de esperar, sin ese miedo precedente, pero aguardando lo inevitable lo que todos sabían menos yo.
Camine, un día soleado en primavera, fumando tabaco despejando la mente. Camine por calles largas, cada vez mas largas, sin autos, con gente sonriendo con ganas. Camine sin preocuparme, me olvide de los que corren a desaparecer. Estaba en la cima, recién salido del agujero de la caverna platónica… pero estas sensaciones duran poco y mi caminata se vio interrumpida. Alguien me llamo a mis espaldas, suavemente (hasta con miedo) dijo mi nombre, quise insultarlo por distraer tan nobles pensamientos pero no pude. Al ver mi rostro el anciano se sorprendió. Palideció caricaturescamente y balbuceo unas palabras. ¿Sos vos? No puede ser, es imposible. Se arrodillo a mis pies y lloro. Lamentablemente el también tenia algo que agregar. Juraría que hace un tiempo yo concurrí a tu velorio dijo. Tercera señal. 1








Feo final, algo forzado. Mi génesis, vericuetos, que mas da.








pd: Foto de Dani Marizopa